Joaquín
Salvador Lavado Tejón, más conocido como Quino, nació en
Guaymallén, Mendoza un 17 de julio de 1932.
Este
humorista gráfico fue apodado Quino para distinguirlo de su tío
Joaquín, también dibujante, que es quien enciende en él la chispa
de expresarse a través de la pluma, publica sus primeras tiras
cómicas en las revistas: Leoplán, TV Guía, Vea y Lea, Damas y
Damitas, Panorama, Adán, Atlántida, etc. Pero es en 1964, cuando
su historieta Mafalda, logra un éxito que traspasa las fronteras de
nuestro país y se traduce a 15 idiomas diferentes, distribuyéndose
en todo el mundo, incluido el continente asiático. Y es que, las
situaciones que se plantean reflejan no sólo las costumbres de un
pueblo sino la naturaleza de los seres humanos en la convivencia con
sus pares.
En
la Argentina del '64, se escuchaban los radioteatros con historias
costumbristas, la televisión era en blanco y negro, los
adolescentes adoraban el Club del Clan con exponentes como Palito
Ortega, Johnny Tedesco, Raúl Lavié, Néstor Fabián y Violeta
Rivas. Hacían “asaltos” (bailes en las terrazas de las casas de
barrio) con un atuendo que en la actualidad movería a risa: los
varones con traje y corbata y las chicas con vestidos de fiesta, no
se usaban zapatillas ni jeans excepto para las actividades
deportivas, los Beetles no habían llegado al país y en la mayoría
de los hogares porteños las mujeres eran amas de casa y los roles
familiares se equilibraban en un esquema inamovible.
En
este panorama Quino crea un personaje que le permite criticar los
valores convencionales vigentes, expresar su ideología antibélica,
mostrar la idiosincracia de la clase media, aderezando todo esto con
una salsa de humanidad, compasión y tolerancia hacia las debilidades
y flaquezas humanas y, también, relevando el valor de la amistad
porque todos los niños integrantes de la tira, pese a sus
diferencias, están siempre juntos y hay entre ellos mucho cariño.
Como
sucede con las obras artísticas que se engarzan genuinamente en la
cultura popular, Mafalda ha opacado el resto de su producción y
pasó a ser la obra con la cual se identifica y define al creador.
Mafalda
(1964-1973) surge durante el gobierno de Arturo Illia y, apenas un
año y medio después, en junio del '66, se produce la llamada
Revolución Argentina, gobierno de facto encabezado por Juan Carlos
Onganía en representación del ejército argentino.
Quino
tiene ante sí una realidad signada por la falta de libertades,
prohibiciones culturales y censuras de todo tipo, que puede criticar
desde esa nena intelectual, recordemos que él proviene de un hogar
en el que sus abuelos, inmigrantes españoles, eran anti-franquistas y en
el seno familiar escuchaba las conversaciones sobre regímenes
totalitarios y derechos individuales cercenados.
Las
observaciones de Mafalda son ácidas y muestran sin ambajes el
sinsentido de las reacciones de los adultos, a quienes ve a veces con
compasión y otras con cierto fastidio, está en contra de las
guerras y es una entusiasta defensora de la liberación de la mujer,
detesta la sopa.
Manolito,
hijo del almacenero del barrio, tiene el pelo cortado como cepillo,
es práctico, tiene una mente enfocada al comercio y a la adquisición
de bienes, representa el sentimiento conservador.
Susanita,
bonita, con el pelo rubio lleno de rulos tiene como mayor ambición
ser esposa y madre, su preocupación focalizada a su mundo familiar
la desconecta de situaciones ajenas a ella como guerras, hambrunas e
injusticias. Es chismosa y agobiante, admiradora de la “gente
bien”, pudiente y, también, discriminatoria y racista.
Felipe,
es flaquito, es un romántico empedernido lleno de dudas, al que le
gustan los Beetles y el ajedrez, es un intelectual que no se anima a
actuar, está enamorado de Muriel, una niña que ni lo tiene en
cuenta.
Libertad,
el último personaje agregado a la historieta es la antagonista de
Mafalda en temas políticos. Tiene el discurso típico de los
izquierdistas de esa época, aboga por la conciencia social.
Esta
historieta cumple 50 años y no es una casualidad, es un gran mural
sobre los conflictos, alegrías, dudas y situaciones de toda índole
que se presentan al vivir en sociedad. Cada lector de la tira,
encuentra actitudes de personas que le son familiares, de amigos y de
él o ella misma, reflejadas con maestría, sin altisonancias porque
emergen de un artista que “no se la cree”, por supuesto que Quino
sabe muy bien a qué altura ha llegado el éxito y el cariño de la
gente con respecto a su obra, pero tal como aparece en las líneas de
sus tiras, no lo describe como aquél que se siente superior, sino
todo lo contrario, con la humildad de los grandes, que no necesitan
el aplauso continuo para saber qué son y, aunque se sientan
orgullosos ésto no los afecta en su relación con lo demás.
Desde
el 2005 Mafalda tiene su plaza propia en las calles Concepción
Arenal y Conde del barrio de Colegiales y, el 29 de setiembre, día
en que se cumplieron los 50 años desde su primera publicación, en
el barrio de San Telmo en el sitio que se la homenajeaba con una
escultura, se agregaron las de otros dos personajes: Susanita y
Manolito.
En
Angoulême, Francia, capital mundial de la caricatura lugar en el
que se reunen cada año desde hace 40, los historietistas de todo el
mundo, Mafalda tiene un pasaje que lleva su nombre.
Este
año distinguieron a Quino con la Orden Oficial de la Legión de
Honor en Francia, la distinción más relevante que el gobierno de
ese país otorga a los extranjeros.
En
España, desde el año 1981 se otorga el Premio Príncipe de Asturias
de Comunicación y Humanidades. En 1982 fue otorgado al argentino
Mario Bunge físico, filósofo, epistemólogo y humanista y este año,
el merecimiento fue acordado para Quino, así reza el acta:
“...Quino alcanzó fama internacional con la creación
del universo de Mafalda, una niña que percibe la complejidad del
mundo desde la sencillez de los ojos infantiles. Mafalda, la
principal protagonista del trabajo creativo de Quino, es inteligente,
irónica, inconformista, contestataria y sensible. Sueña con un
mundo más digno, justo y respetuoso con los derechos humanos. Al
cumplirse el 50 aniversario del nacimiento de Mafalda, los lúcidos
mensajes de Quino siguen vigentes por haber combinado con sabiduría
la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su
pensamiento.
La
obra de Quino conlleva un enorme valor educativo y ha sido traducida
a numerosos idiomas, lo que revela su dimensión universal. Sus
personajes trascienden cualquier geografía, edad y condición
social.”
Gracias
Quino por todas las sonrisas que nos arrancas y seguiremos citando
tus líneas porque son atemporales y tienen valor universal.
Publicado en Revista Aquende Octubre 2014
www.omifernandez.com.ar