viernes, 11 de septiembre de 2015

Daniel Rabinovich, humor y lágrimas


 El humor es una condición del ánimo que expresa una mirada particular sobre los hechos de la realidad. Cuando hablamos de humor nos podemos referir al nuestro o al que nos transmiten los demás y en ambos casos puede ser malo o bueno.
El primero lo repelemos, lo reconocemos fácilmente y tratamos de alejarnos hasta que se nos pasa, cuando les ocurre a los demás, vemos que la gente malhumorada no suele estar muy acompañada por la simple razón de que hace sentir incómodos a quienes lo rodean. Producen deserción, alejamiento, quizás porque no están conformes consigo mismo o por resentimientos, pero sea cual sea la razón, le transmiten a su interlocutor una sensación de desagrado y ellos se repliegan en sí mismos.
El buen humor, en cambio, nos reconcilia con nosotros mismos y con la realidad circundante. Permite que veamos los problemas sin pesadez y encararlos con mejores probabilidades de resolución. Nos facilita la relación con el entorno, la construcción de nuevos vínculos, la ampliación de nuestra red social. Una actitud positiva tiene su correlato en las acciones que adoptamos, por eso tener un buen sentido del humor es asociarse a la risa, el bienestar y a la alegría.
Es muy común que una persona le diga a otra “no tenés sentido del humor”, con esa frase le está diciendo: “no tenes el mismo sentido del humor que yo”, porque no hay uno solo tipo de humor, sino muchos que producen el efecto antes mencionado pero que son abordados desde distintos ángulos.
El humor llano e ingenuo, de José Marrone y Carlitos Balá, el que apela al doble sentido como Alberto Olmedo y Jorge Porcel, el irónico y a veces sarcástico de Miguel Gila, el burlón que peca muchas veces de cruel, y el humor inteligente, el que nos invita a pensar, el que nos hace reir y al mismo tiempo, subyace la intención de hacernos reflexionar.
Este es el humor de “Les Luthiers”, (Carlos López Puccio, Jorge Maronna, Marcos Mundstock, Carlos Núñez Cortés y Daniel Rabinovich), un grupo de músicos compositores y guionistas que desde hace varias generaciones nos hace reir de una manera sana y con una lucidez que nos deja boquiabiertos. El humor que practican se sustenta en la observación de las conductas humanas, nuestras debilidades y nuestros yerros, con una óptica de compasión y no de crítica.
Durante años han mantenido los teatros a sala llena tanto aquí como en el extranjero, en la mayoría de sus presentaciones los guiones los han ido armando entre ellos, a través de los ensayos, aunque también han tenido colaboradores como el Negro Fontanarrosa, por ejemplo.
Lamentablemente el 21 de agosto falleció Daniel Rabinovich, integrante y uno de los fundadores del grupo quien, si bien tocaba el piano y el violín y mucho de los instrumentos creados por ellos, era sobre todo el más actor de los cinco. Neneco, que así lo llamaban, era en la vida real y en los ensayos el más divertido de todos (según declaraciones de Carlos Nuñez) , tenía un carisma particular.
Esta cualidad de él, fue aprovechada incluyendo sketchs en los cuales mientras el resto del elenco ejecutaba una pieza de difícil factura, él lograba atraer la atención y risa del público desviándola de la supuesta acción principal. Así como Carlos López Puccio, Carlos Nuñez y Jorge Maronna se destacaban en la parte musical, Mundstock y Rabinovich hacían un contrapunto actoral que consistía en que el primero era la voz de la cultura, mientras el segundo era el representante de lo popular. Esta dualidad los hacía potenciarse provocando la identificación y complicidad de todos los sectores del público.
Sus problemas de salud empezaron hace tres años cuando en una de las actuaciones programadas en Montevideo, Uruguay, tuvo que ser reemplazado por Horacio Fontova por haber sufrido un infarto. Comentaría luego que esta sustitución le permitió ver el espectáculo por primera vez en años y que lo había disfrutado mucho, porque le resultó muy divertido.
Había nacido el 18 de moviembre de 1943, en pleno Barrio Norte, su padre era aficionado al tango y abogado penalista, uno de sus casos había sido la defensa de Hugo del Carril. Su madre tocaba el piano y ya estando en el colegio primario lo habían enviado a estudiar violín y piano. Al terminar el secundario ingresó a la facultad donde hizo la carrrera de notario y, donde también, al integrarse al coro de la facultad de ingeniería, conoció al que fuera el creador del grupo Gerardo Massana. Éste, fue también un hacedor de instrumentos musicales hechos con elementos dispares (como el Bass-Pipe a Vara, La Máquina de tocar o dactilófono, el Contrachitarrone da gamba, o el Cello legüero) que por muchos años siguió utilizando el grupo, quienes además, han dicho en diversos reportajes que tienen una deuda moral con él, y por eso en todos los programas figura como uno de los fundadores. Massana murió de leucemia en 1973 y fue la primera pérdida importante del grupo luego, en 1987, Ernesto Acher decidió armar su propio grupo y separarse del conjunto pero durante casi treinta años, han continuado los cinco hasta este momento en que sufren la pérdida del integrante y del amigo.
En la página oficial del grupo, www.lesluthiers.com han escrito una comunicación de despedida a Rabinovich y también al público donde informan que ya no serán cinco, sino cuatro pero que seguirán haciendo reir a la gente con sus espectáculos porque eso es lo que hubiera querido Daniel.
Nos quedan los muchos videos de sus actuación, para deleitarnos y para confirmar una vez más que cuando vivimos con plenitud, no nos vamos del todo.

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