Muchas de las instituciones de
enseñanza artística, como el Conservatorio de Arte dramático, la
Escuela de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón, el Conservatorio de
Música Carlos López Buchardo, en las disciplinas: teatro, plástica
y música que se manejaban en forma independiente unas de otras ya
fueran municipales y/o nacionales, fueron absorbidas por el IUNA
(Instituto Universitario Nacional de Arte) que las ha concentrado con
nivel universitario habilitando para este propósito diferentes sedes
en distintos barrios de la ciudad.
Egresado con el título de maestro de
Profesor Nacional de Música del López Buchardo, Claudio Gustavo
Moisés desarrolla su carrera docente en el Conservatorio Manuel de
Falla, el IUNA y el Juan Pedro Esnaola.
Actualmente dicta las asignaturas
Lenguaje Musical (que incluye audioperceptiva, armonía y melodía) y
Apreciación musical (referida a la historia y la audición de obras
de los máximos exponentes musicales) en la Escuela Superior de
Música Juan Pedro Esnaola, que de Villa Ortúzar se mudó al barrio
de Saavedra.
Sin perjuicio de ello, continúa con
las clases particulares, donde su pasión por la enseñanza musical
no pone reparos respecto del nivel y la edad de las personas que
tienen interés en descubrir el arte de la música y recibe tanto a
los que empiezan desde cero como a aquellos que siendo ya pianistas
requieren perfeccionarse.
Como profesional, ha participado en
conciertos de final de curso en el Instituto Goethe, Alianza Francesa
Sede Central, Colegio Nacional de Buenos Aires y Fundación San
Telmo, entre otros y ha sido acompañante de cantantes líricos en
conciertos de cámara.
Hasta aquí su historia es concordante
con otros músicos de su generación que realizaron caminos
parecidos, sin embargo Claudio Moisés decidió no quedarse solo en
el rol de ejecutante y ampliando su perspectiva consiguió una beca
en la ciudad de Minsk, Bielorrusia, donde vivió tres años, estudió
Romanza de Tchaicovsky, obras de Rachmaninoff, Glinka y Rimsky
Korsakov . También realizó un curso sobre la vida del pianista y
compositor Alexander Scriabin, y dio conferencias en casteallano con
un intérprete que dominaba este idioma.
Fue durante su estadía en una tierra
geográficamente opuesta a la nuestra, donde creó un puente para que
otros estudiantes porteños pudieran enriquecerse espiritualmente con
una experiencia similar a la que él había tenido.
Así surgió una migración de
estudiantes de música avanzados de Buenos Aires que pudieron ir a
Bielorrusia, ahondando y completando su formación con profesores de
primer nivel.
Esta experiencia dio lugar a la actual
Colegiata Musical Argentina
(se puede encontrar en Facebook bajo este nombre) creación que
posibilita la realización de cursos de perfeccionamiento pianístico
y/o vocal, a talentos que no disponen de los medios económicos
necesarios para abonar tres clases semanales con un profesor de
primer nivel.
El sistema está formado por un
beneficiado y un benefactor, así los llama el profesor Moisés, en
lugar de becario y mecenas. Cualquiera puede presentarse como futuro
beneficiado y a la vez comprometerse junto con la Colegiata a la
búsqueda de un benefactor. Es de aclarar que ser benefactor también
está al alcance de cualquiera que ame la música y esté dispuesto a
entregar una contribución mínima de trescientos pesos.
Hoy día ya son veinte los
benefactores y cuatro los beneficiados, el proyecto avanza con
lentitud pese al bajo aporte mensual requerido.
Según las palabras de Claudio Moisés,
en Minsk esto se podía lograr mucho más fácilmente que en Buenos
Aires. La juventud de esta ciudad en que vivimos está muy
preocupada por responder a los estímulos mediáticos que
caracterizan esta época.
El proyecto, por demás ambicioso, ya
es una realidad. Y de resultas del mismo, Moisés organiza conciertos
en sitios privados que posean el espacio suficiente para el público
asistente y lo necesario para contar con los instrumentos adecuados.
Así, en marzo/abril de este año se
ha podido escuchar al guitarrista Eduardo Castañera, ejecutando
obras de Heitor Villa-Lobos, y dando clases magistrales de
interpretación y técnica guitarrística, con la inclusión de
compositores argentinos, como Astor Piazzolla, en su repertorio y
contando con la asistencia de alumnos de escuelas de música y
público en general.
Para el mes de setiembre -aún no se
ha fijado el día-, Federico de Petre dará conciertos abordando la
obra completa de Villa-Lobos, en transcripciones para orquesta y
guitarra y para guitarra y piano.
Consultado sobre su experiencia como
docente en el Instituto Esnaola nos dijo que hay alumnos que se
sienten gratificados pero, otros en cambio, sujetos a la impronta de
inmediatez de estos tiempos, quieren tocar desde el primer día y no
creen que sea necesario escuchar música clásica para ser un buen
ejecutante.
Consultado por el motivo de la
asistencia de estos alumnos a ese instituto, surge que muchos lo
hacen porque es de carácter gratuito a diferencia de otros con
parámetros similares a los que se manejan en el jazz, que son
privados y, por lo tanto, requieren una erogación monetaria.
Según Claudio Moisés, su método de
enseñanza es el clásico. No utiliza métodos cercanos al
conocimiento intuitivo, cree que el piano es un instrumento con
muchas posibilidades polifónicas y, la ejecución mediante acordes
basados en la tonalidad, da como resultado un sonido vacío, un uso
liviano desestimando el potencial de un instrumento musical que de
ese modo no se aprovecha al máximo.
Subraya que entonces, hay que saber
que la música es un lenguaje muy amplio y que la ejecución del
piano requiere conocer ese lenguaje en profundidad, lo que implica
mucho tiempo y esfuerzo, y no siempre los alumnos están dispuestos a
realizarlo con tantos motivos de distracción como los que proponen
los medios audiovisuales y la tecnología en general.
Para los que estén interesados en
asistir a los conciertos de la Colegiata Musical Argentina, pueden
llamar al 15-6696-9718 en que les brindarán los detalles como día,
hora y lugar del encuentro, así como también cuál es el programa
que se presentará en dicha oportunidad.
La música es un lenguaje particular
que puede ser abordado de diferentes maneras según, también, el
nivel de excelencia al que el alumno quiera acceder, pero como
siempre, la excelencia en cualquier disciplina es una amante
apasionada y celosa que requiere atención absoluta.
Publicado en Revista Aquende Agosto 2014
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